::::CRIOLLOS Los caballos Criollos descienden de los caballos traídos a América por los conquistadores españoles hace más de 500 años y durante más de cinco siglos se fueron adaptando a las condiciones de nuestro medio, en las que tuvieron que subsistir y procrearse. Aquellos primeros caballos ya traían inmejorables condiciones. Además de su excelente origen, eran elegidos entre los más fuertes y resistentes en su tierra, a los efectos de que fueran capaces de soportar los largos y duros viajes cruzando el Océano Atlántico. En América, luego del período de mestización y adaptación al medio, una larga etapa de selección hizo que los mejores y más resistentes fueran subsistiendo, creándose la raza Criolla por selección natural a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Luego comenzó una etapa de recuperación de la raza, con todo un proceso de selección de reproductores, cruzándolos entre sí, y a medida que el mundo fue evolucionando, el caballo fue adaptándose y acompañando los cambios que se iban produciendo en las explotaciones de todo el país. Se trata de una raza que en condiciones naturales es muy resistente, lo que la transformó en protagonista de las luchas independentistas y civiles y en un importante medio de transporte y trabajo. A su fuerza y resistencia se le suman su habilidad y destreza, condiciones que los transformaron en animales muy útiles para el cuidado de haciendas, en la fundación de estancias y en las tareas propias del hombre de campo. A estas características se le suma su gran poder de recuperación, que terminaron de transformarlo en el caballo de trabajo de campo por excelencia. Pese a eso, su gran versatilidad permite que sean también utilizados con otros fines, como el paseo, los deportes, entre otros. En Uruguay el caballo Criollo tuvo su propia identidad debido al tipo de establecimiento en el que se criaba, y por el trabajo que desarrolló la Sociedad de Criadores, fundada en 1941, siguiendo las directrices del standard de la raza. La raza Criolla se distribuye por toda América del Sur, donde es criado con diferentes características y denominaciones, según el país. En Uruguay y Argentina se destaca por ser un animal de gran potencia, resistente y veloz. Ágil y de andares sueltos, es capaz de recorrer grandes distancias durante largo tiempo. Lo caracteriza su temperamento tenaz y voluntarioso, siendo además un animal sumamente enérgico, activo y dócil. Otras dos características que lo definen son su longevidad y su fertilidad. Se trata de ejemplares de medidas y formas medianas, con talla entre 1,38 y 1,5 metros en las hembras y entre 1,4 y 1,5 metros en los machos. En su morfología, la raza se caracteriza por tener una cabeza corta y ancha, con hocico puntiagudo, cuello musculoso, pecho amplio, ijares poderosos y patas cortas y fuertes. Los hay de todos los pelajes, con exclusión del “sirio”. En los últimos años la raza Criolla ha ido cambiando su fenotipo, evolucionando hacia caballos más modernos. Hoy la orientación de la raza se basa en dos aspectos: la funcionalidad y la morfología. Su funcionalidad queda demostrada en varias disciplinas, como la realización anual de la Marcha sobre 750 kilómetros en 15 días, iniciada en 1946, las Pruebas de Rienda, las paleteadas, las clasificatorias para el Freno de Oro en Brasil y la Integral, que consiste en una prueba morfológica y una funcional. Por todas sus características y en reconocimiento a su larga historia en el país, primero contribuyendo en las luchas por la Patria y luego en el desarrollo social, cultural y económico del Uruguay, a fines del año 2004 la raza Criolla fue declarada “Patrimonio Cultural Intangible de la República Oriental del Uruguay”.
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